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FICUNAM 13: conversación con Abril Alzaga, su directora ejecutiva

Escrito el 5 junio, 2023 @bmo985

FICUNAM se ha posicionado como uno de los festivales indispensables en México, no solo por su osada programación que privilegia la experimentación sobre la comodidad narrativa, sino también porque cada año se acompaña de conferencias y pláticas con algunos de los cineastas más destacados del mundo. Con su edición número 13 en desarrollo, Palomita de maíz tuvo la oportunidad de platicar con Abril Alzaga, directora ejecutiva del festival desde 2018.

Abril Alzaga, directora ejecutiva de FICUNAM y Maximiliano Cruz, director artístico, en la conferencia de prensa de la edición 13 del festival.

¿Qué es lo que puede esperar el público de FICUNAM 13?

Yo creo que lo resumiría así: puede esperar una experiencia enriquecida de cine. Hay muchas cosas, además de una programación que va a ser de difícil acceso si no es por FICUNAM. Traemos cosas que normalmente no ven en la cartelera comercial: cosas novedosas, narrativas distintas, aproximaciones al cine, yo creo que desde muchos frentes. Además viene con una propuesta de ágora, de reflexión, de diálogo, de acercamiento a los creadores, con muchas temáticas que ahorita están en el aire, en la sociedad y que el cine es un pretexto para hablar de ellas. Pueden esperar eso, una experiencia enriquecida, la posibilidad de dialogar con otros creadores, de dialogar con otras personas, especialistas, críticos, con el público mismo porque hay un espacio también para el diálogo con el público. Además, [tenemos] una serie de propuestas de cine expandido que creo que son interesantes como parte de la programación de Umbrales, que creo que también le dan otra dimensión al cine.

Es un cine que se sale de las pantallas para dialogar con otras disciplinas, como la música, la danza, las artes visuales. [Tendremos películas de] gente que yo creo que a lo mejor no conocen, pero que me parece muy interesante conocerla o descubrirla, como una Saodat Ismailova, o como un Carlos Casas.

No sé si mucho del público de FICUNAM conozca la obra de una Kinuyo Tanaka. Estamos en una retrospectiva de ella, de esta cineasta japonesa, que yo creo que la conocemos por su trabajo como actriz, pero no sabemos que ella fue directora y que también tuvo una importante trayectoria en la década de los 50 [y] 60, que ha sido un legado importante para la cinematografía. También la queremos reivindicar y volver a poner en la luz para que se conozca su trabajo. O el trabajo del colectivo Cine Mujer que, en su momento, fue muy importante y creo que es momento de volverlo a revisar y a ponerlo en la mira y, las cineastas mexicanas, ver de dónde venimos. Eso se pueden encontrar en FICUNAM a grandes rasgos. O como introducción.

¿Cómo se ve FICUNAM a los 13 años desde tu perspectiva?

Yo creo que FICUNAM se va consolidando, va plantándose como una propuesta cinematográfica de la Ciudad de México, como una posibilidad de acercarse a otros cines de todo el mundo. Creo que cada vez es más evidente la preocupación de FICUNAM de alcanzar cinematografías de todas las latitudes posibles, de que se vean reflejadas muchas historias, muchas perspectivas y que eso nos haga sentir como parte de la gran comunidad, que somos la humanidad entera.

Creo que eso lo está alcanzando cada vez más FICUNAM, eso es lo que siento que cada vez es más evidente: que hay un público que está ávido de conocer otras historias que no se encuentran.

Una de las cosas que me llaman la atención de la programación es que, como tú dices, tratan de abarcar todas las latitudes posibles. Tienen películas que vienen de todo el mundo, pero a la vez, creo que las películas de FICUNAM hablan mucho sobre la realidad mexicana. ¿Cómo alcanzan este balance?

Yo creo que haciéndolo de manera muy consciente. Tratando de buscar ese balance, por ejemplo, también tenemos una perspectiva de buscar las diversas historias o las diversas formas de hacer cine porque no nada más es una cuestión de temáticas, sino también de cómo se hace el cine en el país y en el mundo. Estamos activamente buscando esas voces, buscando que estén representados todos o los más posibles, no todos, pero los más posibles cada vez. Entonces creo que tenemos una actitud o una acción muy proactiva en ese sentido. Muy consciente.

Esto está relacionado con lo que me dices, porque, desde su nacimiento, FICUNAM ha sido un festival sui géneris entre los festivales de México. ¿Cómo lo conciben dentro del panorama de los festivales de cine en México?

Sentimos que es el festival que puede asumir y que está en búsqueda del riesgo, de buscar lo muy diferente, lo muy radical, lo muy experimental, en todo el sentido de la palabra. [Sentimos] que podemos hacerlo porque no necesariamente tenemos que cumplir con un objetivo de recuperación de costos. Ese riesgo también tiene su parte muy luminosa porque creo que la gente, cuando se da cuenta de que es tomada en cuenta como público y no como consumidor, pasan cosas y se genera un ambiente, una relación, un vínculo más a largo plazo.

Creo que eso es lo que ha estado pasando con FICUNAM en el transcurrir y creo que ahí se ha posicionado el festival, en ese lugar de búsqueda, de curiosidad, en donde compartimos esa curiosidad y los invitamos a que expandan su horizonte cinematográfico, su universo artístico. Buscamos mucho la parte identitaria que provee el cine o el arte y la cultura y eso también tiene un eco y yo creo que también se vuelve importante. Ahí es donde nos vemos, ahí es donde estamos trabajando.

¿Entonces podríamos decir que una de las esperanzas desde FICUNAM es retar al público con nuevas perspectivas?

No sé si es tanto un reto porque eso pareciera como si pensáramos, “a ver si logran entender qué queremos decir”. No es tanto un reto como una invitación, como una posibilidad de sentirnos. Más bien es un respeto por el público y de sentir que la gente también quiere ver otras cosas o, no sé, posibilitar eso, que se encuentren con nuevas narrativas, que se encuentren con nuevas cinematografías, con nuevos países que a lo mejor no sabían ni que existían o si sabían que existían no tenían idea de cómo eran, cómo se veían, cuáles eran sus problemáticas o lo que les mueve o les conmueve. El cine te da esa oportunidad y FICUNAM te da la oportunidad de conocer cada vez más eso, más posibilidades. Entonces no sé si es tanto reto como invitación.

¿Sabes qué? No es tanto reto como provocación. Por eso nuestro hashtag [es] #ElCineQueProvoca, creo que es eso. Más que retarlos es provocar una reflexión, provocar una sensación, provocar una experiencia, provocar no sé, que te conmueva, es provocar que pasen cosas. Lo que perseguimos como festival es que después de una película pasen cosas con el espectador, que no se quede indiferente, eso sí buscamos.

 

Desde el año pasado si no me equivoco tienen la sección de Umbrales que se fortalece con la retrospectiva dedicada a Saodat Ismailova. A través de ella, FICUNAM, creo yo, se posiciona más cerca al cine de vanguardias, al cine experimental. ¿Ustedes cómo lo ven?

Sí, yo creo que eso ha estado en el corazón de FICUNAM desde siempre. Lo que pasa es que de alguna manera se había quedado un poco diluido y ahora lo que queremos es que haya un foco muy claro en ese tipo de cine. [La sección Umbrales] también se fortalece con la competencia de cine Umbrales.

Esta viene a llenar una especie de vacío [porque] no hay otro festival que esté persiguiendo esto, este cine no narrativo, más abstracto, más experimental, vanguardista, y FICUNAM es ese espacio. Estamos queriendo llenar ese vacío y sí, nos sentimos muy cómodos generando la posibilidad de que este tipo de materiales se puedan dar a conocer porque no hay otro festival donde se puedan dar a conocer si no es en galerías o en museos. No en festivales cinematográficos. Entonces, esta es la posibilidad de explorar otras vertientes como te decía, como el cine expandido, nos sentimos cómodos de ser el lugar de exploración del público.

¿Cómo se ve el panorama actual de la industria del cine mexicano desde FICUNAM?

Creo que es un poco compleja. Creo que han cambiado las lógicas y que lo que valdría muchísimo la pena ahorita es que la comunidad cinematográfica pudiera discutir el espectro tan amplio [de] qué es el cine [y] que no se quedara solamente como una discusión de industria comercial, o sea, de la industria que está produciendo productos de consumo, sino que también pudiera discutirse el espectro que tiene que ver con la creación artística que nos da identidad, la creación como cultura de un país, la creación como una expresión de lo que estamos viviendo en este momento, o de lo que aspiramos a ser o de una revisión de lo que hemos sido. Esa parte no se tiene que pelear [con la otra parte de la industria], necesitamos discutir todo el espectro amplio, pero no solo para producirlo, para crearlo, sino también para que llegue al público.

Siento que hay muchas discusiones que no se han dado a profundidad y que estamos en el momento en que necesitamos hacerlo porque hay mucha producción, muchísima producción, como nunca, pero yo lo que me pregunto es, ¿qué es lo que se está produciendo y en qué es lo que debería apoyar el Estado? Yo creo que hay muchas vertientes desde las que se pueden apoyar o impulsar [a] la industria cinematográfica y la creación cinematográfica y creo que ahorita están medio peleadas las dos visiones y que no deberían de estar peleadas [porque] hay mecanismos para impulsar ambas cosas.

Hay una ley ahí que no se acaba de discutir y no se acaba de plantear. La modificación de la ley de cinematografía, yo creo que urge. Hay que sentarnos todos los sectores a platicar sobre esto, y cuando digo todos los sectores, [me refiero a] los productores con todo lo que implica la producción, pero también los distribuidores, los exhibidores (los distintos tipos de exhibición), la formación. Creo que también la formación de públicos se ha dejado de lado y se está dejando todo a algoritmos, lo cual a mí me da escalofríos; yo creo que ahí el Estado tendría que estar cumpliendo un papel fundamental que no sé si se está logrando.

Por otro lado, también necesitamos incluir a la preservación en esa discusión porque estamos en la era digital en donde todo se puede ir de pronto, todo se puede borrar muy rápido, ¿no? Necesitamos tener nuestra memoria fílmica porque finalmente es parte de nuestra memoria, nuestra memoria histórica, nuestro patrimonio cultural y creo que esa discusión también hace falta.

La OMS ya declaró el fin de la emergencia y finalmente FICUNAM regresa a salas llenas por primera vez desde 2020. ¿Cuál es el balance de los años anteriores? Por ejemplo, la edición de 2021 fue enteramente digital mientras que la del año pasado tuvo sus restricciones en cuanto a cupo. Entonces, ¿cómo ven ese fin del festival virtual y el regreso a la normalidad festivalera?

Increíble, o sea, me parece increíble que ya podamos regresar y que podamos volvernos a ver y a sentirnos como una comunidad. Siento que la pandemia fue un momento muy complicado, que nos exigió cosas que a lo mejor no estábamos pensando o queriendo hacer, como recluirnos en nuestras casas o tener contacto mínimo, ir con mucha cautela en muchas cosas y de alguna manera [nos provocó] una especie de miedo al otro porque siempre había el miedo de que el otro tuviera Covid y te lo pegara.

Siento que ahí hubo un momento muy extraño, sobre todo el primer año que no había vacunas. Creo que nos trastocó nuestra vida cotidiana completamente y creo que todavía no hemos logrado asimilar hasta qué grado, hasta qué punto nos afectó la pandemia. Por otro lado, digamos que todo ese entorno facilitó que cada vez más estuviéramos en una perspectiva individual de pensar en ti y en los tuyos y nada más, porque la incertidumbre era grande, la perspectiva de lo que iba a pasar no estaba nada fácil. Pasaban unas cosas aquí, pero también había mucha información y mucha desinformación y de pronto todo en la vida se empezó a ver mediado por pantallas.

Digamos, las noticias o la información estaban mediados por pantallas, pero no solo [eso, también] el cine estaba mediado por pantallas y nada más para verlo tú o con poquitas personas. Incluso la comida, la farmacia, como que todo estaba a un clic de distancia y eso empezó a modificar nuestro comportamiento, nuestras costumbres, nuestras formas, incluso también de entendernos y de asumirnos en general como entes sociales. Se vio eso modificado y ahora que estamos regresando nos damos cuenta de que está siendo complicado regresar a la normalidad verdaderamente. La gente ya no sale tan fácil, ya no llega a las salas de cine tan fácil. Tengo una sensación extraña: yo espero que este tipo de encuentros nos modifique.

Por otro lado, también nos dejó ver las virtudes y las bondades de la tecnología. Había muchas cosas que antes eran imposibles de pensar como una reunión de trabajo por Zoom. Esas cosas no pasaban, poder generar posibilidades a través de la tecnología. Por ejemplo, para poder ir al FICUNAM, o sea, si no vives en la Ciudad de México y no tienes la posibilidad de viajar para asistir a un evento, tienes la posibilidad de seguirlo a través de la tecnología y sentirte parte del evento. Es una dualidad muy chistosa, muy rara, pero que manejándola bien nos puede dar una posibilidad muy importante de un alcance que antes no se tenía.

Nosotros, si bien convocamos a la gente a las salas y estamos convencidos de que eso va a ser una experiencia mucho más rica y más plena, también pensamos que hay gente que no tiene esa posibilidad y que también quisiera conocer esta programación que es de difícil acceso de otra manera. Por eso nos asociamos o nos aliamos con MUBI para que parte de las películas lleguen a toda Latinoamérica. [También] nos asociamos con TVUNAM para que parte de la programación llegue al público de la República a través de estos canales y a lugares de la Ciudad de México que son de difícil acceso hacia las sedes en las que estamos proyectando FICUNAM.

Entonces, yo tengo una sensación agridulce después de la pandemia y que creo que vamos a ir o que tenemos que ir conociendo, mejorando y replanteándonos nuestro vínculo con la tecnología o, no sé, [replantear] las sedes virtuales y cómo hacerlo para que no sustituyan a las sedes presenciales porque estamos convencidos de que la convocatoria y la presencialidad nos hacen mejores seres humanos.

FICUNAM tiene dos retrospectivas, una en el Colectivo Cine Mujer y otra dedicada a Marguerite Duras, ambas mirando hacia el pasado. También tienen dos retrospectivas que miran hacia el futuro con jóvenes autores que están obteniendo reconocimiento como Albert Serra y Saodat Ismailova. ¿Hacia dónde mira FICUNAM, hacia el pasado o hacia el futuro?

Yo creo que a los dos. Es muy difícil plantearte un futuro si no sabes de dónde vienes. Entonces yo creo que es necesario revisar el pasado, entender cómo es que hemos evolucionado, cómo es que hemos llegado hasta aquí. Yo creo muchísimo en la frase “estamos parados en hombros de gigantes”. Creo que cuando revisamos nuestra historia nos paramos en los hombros de gigantes para ver más lejos.

Entonces creo que no es uno u otro, yo creo que tienen que ser los dos. Los dos y [hay que] disfrutar el presente y entender el presente, creo que hay que jugar en todas las canchas y vamos a tener un mejor futuro y una mejor visión del futuro si sabemos cómo llegamos a este presente.

Esta entrevista fue editada y condensada para dar claridad.

 

* FICUNAM 13 se está llevando a cabo del 1 al 11 de junio. Su programación completa está disponible en su sitio oficial.

 

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