Fuego adentro (FICM 2020): la angustia y traición se encuentran en este drama mexicano
Director y guionista: Jesús María Lozano
País: México.
Elenco: Hugo Catalán, Armando Espitia, Luisa Pardo.
Con Fuego adentro, Jesús María Lozano presenta una historia reflexiva sobre un personaje que no vemos mucho en pantalla: un hombre arrepentido intentando reconstruir su vida, creando un lazo delicado con la naturaleza, recobrando la sensibilidad perdida.
El protagonista de la historia es León (Hugo Catalán), un joven que vive de manera anónima en un pueblo sin nombre. León pasa sus días vagando por el pueblo, nadando en cascadas cercanas – la cámara y el personaje tratan con veneración a la naturaleza –, limpiando tumbas en el cementerio local y gastando su vida en el alcohol.
La fotografía de Miguel Ángel García juega un rol importante en la definición del estado de penitencia de León y sus intentos por mantener un perfil bajo. No es hasta los 18 minutos que por fin vemos la cara del protagonista, gracias a la llegada inesperada de su hermano Andrés (Armando Espitia).
Andrés parece traer buenas noticias por parte de Marta (Luisa Pardo), amada de León y a quien está esperando para partir a Estados Unidos. Con las buenas nuevas y la presencia de su hermano, León regresa a la vida, ofreciendo algunas escenas adorables de cariño fraternal y comodidad familiar.
A pesar de estos momentos disfrutables, la película no es una comedia romántica o un drama familiar. Más bien, a través de un punto de vista refrescante, Fuego adentro aborda un tema que bien conocemos: el narcotráfico en México. No obstante, el punto de vista que Lozano – director y escritor de la película – aborda es una grata, pero depresiva sorpresa.
Por lo general en las películas sobre el narcotráfico conocemos a nuestro protagonista entre la espada y la pared. Muy metido en los asuntos destructivos y mortales que lo acechan, decidiendo como opción desesperada huir a Estados Unidos para empezar de nuevo y salvarse de los narcos que lo siguen. En este caso, este es el plan original, pero ¿qué es lo que sucede cuando simplemente no hay escapatoria? Esta película explora esta alternativa desalentadora y realista.
En la realidad de Fuego adentro, no hay posibilidad de iniciar de cero, arrepentirse o cambiar de parecer una vez que te das cuenta de que estás metido en el lugar incorrecto. León es un personaje trágico que termina rebasado por sus propias decisiones y por las realidades de la sociedad mexicana. Mientras que espera que lo mejor le suceda a su familia – con fe en la carrera de doctor de su hermano y la próxima llegada de Martha – las decisiones ajenas y propias llegan para cazarlo y presentar las peores alternativas posibles.
A través de un guion bien escrito y ejecutado, Lozano presenta presión, sospecha y decepción a lo largo de cuatro capítulos que dividen la película. Con una narración escalofriante se presentan los horrores del narcotráfico en dónde la crueldad, misoginia y violencia extrema son características definitorias. Además, la película presenta una historia de desamor profunda y desgarradora, causando más tristeza que las típicas historias de amor con las que siempre nos encontramos.
Los tres integrantes del elenco están maravillosos. Tanto Armando Espitia (Te llevo conmigo) como Luisa Pardo (Fauna) – en un papel pequeñísimo – siguen con su racha de papeles destacados en 2020. Aun así, Hugo Catalán como León ofrece una interpretación especial. Él vive en sus sueños en espera de su amada, demostrando su dualidad de sensibilidad y frialdad, que sale a la superficie una vez que debe enfrentarse al pasado que intenta dejar atrás.
Fuego adentro ofrece una nueva perspectiva en un tema cansado y explotado en el cine mexicano. A pesar de que la historia nace de los problemas del narcotráfico, deja un sabor de boca reflexivo y depresivo debido a la manera en que también aborda las historias sobre familias y lealtades, así como las imposibilidades de dejar atrás nuestros pasados.
Originaria de la Ciudad de México, Alessandra considera al cine como su gran amor. Fanática empedernida de Paul Newman y La Momia (1999), y dueña de una facilidad envidiable para aprenderse diálogos innecesarios para la vida real, en 2017 fundó Palomita de maíz. Aquí escribe constantemente sobre cine y televisión. También pueden encontrar sus palabras en sitios como InSession Film, Filmotomy, Cherry Picks y Screen Queens.