El cocinero de los últimos deseos: la perfección en la cocina
En dónde puedes ver El cocinero de los últimos deseos: Netflix EUA
Director: Yōjirō Takita
Elenco: Kazunari Ninomiya, Gou Ayano, Yoshi Oida, Hidetoshi Nishijima, Aoi Miyazaki, Daigo Nishihata, Yutaka Takenouchi
País: Japón.
Más información de la película: https://www.imdb.com/title/tt5894876/
El cocinero de los últimos deseos es una película dirigida por Yōjirō Takita, quien ganó en 2008 el Premio Óscar a mejor película extranjera por Okuribito. Esta cinta está ambientada entre el Japón presente y la China de los años 30, de modo tal que sigue la historia de dos personajes: Mitsuru Sasaki (Kazunari Ninomiya), un chef endeudado y deprimido que vive en el Japón moderno, y Naotaro Yamagata (Hidetoshi Nishijima), chef que vivió en China en la década de 1930.
La historia es una mezcla rara de intrigas raciales, políticas y culinarias, e inicia cuando Mitsuru es contratado para replicar un banquete hecho por Naotaro. Sin recetas disponibles que pocos recuerdan, la búsqueda de los secretos culinarios de Naotaro llevará a Mitsuru por diferentes partes del mundo, desde Japón, China, Rusia e incluso Boston. La cinta, como otras películas asiáticas sobre comida, por ejemplo Shiki Oriori, sabores de la juventud, se esmera en presentar tomas hermosas de platillos suculentos.
De manera simultánea, la película cuenta la historia pasada de Naotaro, quien luego de muchos esfuerzos construyó el banquete más grande y delicioso jamás hecho a fin de presentarlo ante el emperador japonés. Esto, sin embargo, juega en contra de la narración, pues lo que parece ser un drama de época se vuelve una batalla por presentarnos platos cada vez más elaborados y exóticos, sin ofrecer el contexto que los rodea.
La historia, aunque atractiva, no explora a profundidad ninguna de las dos tramas y su cierre se siente apresurado y, hasta podría decir, forzado a embonar. Una cinta enfocada solamente en Naotaro o Mitsuru hubiera resultado más capaz de hacernos empatizar con alguno de los personajes.
En particular esto se resiente al considerar las actuaciones de Kazunari y de Hidetoshi, ingrediente indispensable para evitar que la cinta se sienta aburrida y lenta. Kazunari sorprende, pues se aleja de su papel estereotipado de ídolo en Japón.

Pese a las buenas actuaciones y a un guion bien estructurado, la película se queda corta al no reflejar muchos elementos históricos que hacen de esta época un tiempo tan trágico para el mundo y en particular para China. Se presenta una autocensura sin sentido. Lejos de contar la historia más allá de la cocina y usar a los chefs como instrumentos argumentales, la historia se centra demasiado en sus dramas personales, los cuales son banales y superficiales. La historia épica de un cocinero y su lucha contra el imperialismo japonés se vuelve secundaria, enfocándose más bien en cómo hacer un filete de pescado bien dorado.
El cocinero de los últimos deseos es una película que no logra cuajar pese a que los talentos invertidos en ella son muchos. Esta cinta decepciona y ofende para los conocedores de la historia contemporánea japonesa, ya que, lejos de ser un drama histórico contada por un cocinero, la cinta se vuelve una cinta sobre comida que sucede “curiosamente” mientras hay una guerra, un complot contra el emperador y una Guerra Mundial.

Iván Paredes es economista, esposo, padre de familia y cinéfilo. Ha colaborado en múltiples blogs sobre pobreza, arqueología y su zona favorita de la ciudad de México, Tacubaya. Ha estado involucrado desde el inicio en Palomita de maíz, presentando sus opiniones sobre el estado del cine mexicano y la relación entre el cine y la economía. Fanático de las películas mexicanas e intentando ofrecer una mirada descubridora del cine latinoamericano, en sus planes futuros está grabar un corto. Entre sus cintas favoritas se encuentran Niños del Hombre (2006), Soylent Green (1973) y Macario (1960).