Clasificación de los 84 documentales ganadores del premio Óscar
10. Hearts and Minds (Dir. Peter Davis)
Ganador 1974.
Hearts and Minds es posiblemente el mejor documental que se haya hecho sobre la Guerra de Vietnam. Este es un trabajo monumental que sobrepasa cualquier expectativa que se tenga para un documental de su época. Peter Davis consigue algo excepcional al no tomar bandos, comprendiendo las realidades de Estados Unidos y Vietnam al momento de la guerra, representando el resentimiento que se estaba gestando desde antes, el odio profundo hacia el comunismo que los gobiernos estadounidenses sembraron en la población, y el profundo arrepentimiento de quiénes participaron en la guerra.
Es una historia de múltiples capas manejadas a la perfección gracias a una edición que combina estratégicamente entrevistas con imágenes de archivo en momentos justos para crear comentarios ingeniosos sobre el dolor que deja la guerra. Se trata de un relato que muestra una verdad necesaria: los únicos victoriosos de la guerra son los que están en el poder, los que las encargan y nunca se ensucian las manos. Es aterrador, visceral e inolvidable.
9. The Cove (Dir. Louie Psihoyos)
Ganador 2009.
El cine documental es por naturaleza controvertido, y pocos lo representan con más exactitud que esta apasionada investigación periodística. The Cove es uno de los relatos más emocionantes y perturbadores que se hayan hecho en el cine documental. Junto a su equipo de filmación, el director Louie Psihoyos descifra la verdad tras las prácticas de caza de delfines en Japón, tema hasta el momento ocultado por el gobierno. Este radical llamado de acción activista tiene una producción y elaboración compleja, montado como si fuese un thriller de espías, indagando en las complicaciones del equipo para filmar en zonas restringidas, utilizando cámaras camufladas como rocas, y sorteando las trabas que las autoridades japonesas impusieron para que no se filmaran las terroríficas escenas que vemos en la secuencia final. También se condenan las prácticas del infame parque acuático SeaWorld, situado en Florida por su maltrato a los animales marinos. La controversia no se haría esperar, en Japón se buscó prohibir el documental al considerar que retrataba de manera ofensiva al país y se consideró que las técnicas de filmación de Psihoyos y su equipo eran invasivas y problemáticas.
Se trata de un espectáculo dantesco que queda sembrado en la memoria por su impacto y brutalidad, hablando de sin tapujos sobre la destructiva naturaleza humana. La narrativa es intensa, construyendo con lentitud un clima agobiante y haciendo énfasis en la importancia del activismo medioambiental que las grandes corporaciones buscan censurar constantemente. Desde cómo se ocultó por mucho tiempo el hecho de que la carne de delfín tiene altas dosis de mercurio peligrosas para el consumo humano, hasta los innecesarios y crueles abusos que se cometen contra los animales, es necesario que esta historia sea lo que sus detractores la han acusado de ser: radical, contundente y tomando el bando claro a favor de la justicia y la revelación de la verdad.
8. Woodstock (Dir. Michael Wadleigh)
Ganador 1970.
Woodstock es una asombrosa y espectacular cápsula del tiempo. Este documental editado brillantemente por Martin Scorsese nos lleva al famoso Festival de Woodstock, que tuvo lugar en agosto de 1969 cerca de Bethel, Nueva York. Con más de tres horas de duración, se condensa con ingenio el espíritu de liberación que el festival desprendía en un punto de inflexión para la sociedad estadounidense, con el auge del movimiento hippie y los grupos feministas y LGBTQ exigiendo derechos.
Además del júbilo musical que desprende escuchar artistas como The Who, Santana, Janis Joplin, Jimi Hendrix y otros pioneros musicales de la época, el documental conoce de primera mano la época – marcada por los asesinatos a manos de la familia Manson, el magnicidio de Martin Luther King y las consecuencias de la Guerra de Vietnam – y expone la vital importancia del festival para la sociedad estadounidense del momento. Este fue un espacio de catarsis y liberación que llega al espíritu por la gracia potente e inmortal con la que el documental es construido.
7. Summer of Soul (…or, When the Revolution Could Not Be Televised) (Dir. Questlove)
Ganador 2021.
2021 fue un año sólido para los documentales. Aunque la también magnífica Flee dio batalla, el triunfo se lo llevó el músico Questlove por su deslumbrante reconstrucción de un festival musical olvidado. Summer of Soul es un documental virtuoso y una de las experiencias cinematográficas más estridentes y emocionantes de años recientes. Al contar la historia del Festival Cultural de Harlem de 1969, ocurrido el mismo año del Festival de Woodstock, el poder y relevancia de la música se hace monumental y envolvente. Artistas como Stevie Wonder, Mahalia Jackson, Nina Simone y Gladys Knight se presentaron para hacer historia mientras interpretaban géneros musicales que han nacido y evolucionado gracias a los afroamericanos.
La experiencia del documental es abrasadora porque reconstruye el olvidado metraje del festival con lujo de detalles, una calidad de imagen magnífica y un sonido limpio. El poder, sin embargo, va más allá, y constantemente hay un recordatorio de la lucha de los afroamericanos por sus derechos civiles. El documental plasma al olvidado Harlem azotado por la pobreza y la delincuencia sin ninguna ayuda por parte de los políticos, los asesinatos de líderes negros como Martin Luther King y Malcolm X, la incesante brutalidad policiaca y el hecho de que todo el país tenía su foco de atención en el alunizaje lunar en lugar de los problemas terrestres. La sensación de libertad espiritual que brinda, acompañado de entrevistas de los que estuvieron ahí y que hoy pueden ver por primera vez en video ese momento, resulta algo que trasciende lo mundano y crea un impacto.
6. The Times of Harvey Milk (Dir. Rob Epstein)
Ganador 1984.
Harvey Milk es una de las figuras más importantes en la historia de la lucha por los derechos de la comunidad LGBTQ. El concejal de San Francisco fue el primer hombre abiertamente gay en ocupar un cargo público. En noviembre de 1978, él y el alcalde George Moscone fueron asesinados por su compañero supervisor Dan White. La defensa de White alegó vulgares incoherencias sobre los hechos, y el documental actúa en rigor periodística para exponer la verdad. Que el documental logre retratar esas injusticias, los crímenes de odio y los intentos de los agresores por limpiar su imagen, es tristemente analógico a tiempos presentes para la comunidad queer. Milk desestabilizó un statu quo al ser el primer político en poner sobre la mesa temas sobre respeto a las diferentes orientaciones sexuales e identidades de género, sin miedo a morir luchando por causas justas.
La manera en la que Rob Epstein organiza la información es brillante. Construye el ascenso de la figura pública de Milk, su atropellado camino a la política y las causas que lo motivaron a predicar la igualdad y la inclusión en el ambiente hipócrita y opresivo de los Estados Unidos de los años 70. Milk no queda aquí como un mártir o una figura anónima, sino como un hombre fascinante dedicado a su labor como pocos políticos, cuya vida fue interrumpida por la homofobia y el rechazo dentro de los círculos de poder. The Times of Harvey Milk es una cinta indispensable de cine queer para conocer las batallas que se han librado y se siguen librando en la comunidad. Con su legado vivo, la dedicatoria afectiva que el director brinda tanto a Milk como a todas las personas pertenecientes a la comunidad LGBTQ es profundamente conmovedora.
5. Amy (Dir. Asif Kapadia)
Ganador 2015.
La recolección de información y ensamblaje que hace el documentalista Asif Kapadia es magnífica. Amy es por lejos su mejor trabajo por la capacidad que tiene para redefinir los estándares convencionales de documentales biográficos de músicos. Por lo general, observan sus logros, influencias y legado, con algunas aproximaciones a los conflictos de su vida. Este no es el caso. La primera parte de la vida de Amy Winehouse, uno de los mayores talentos musicales en lo que llevamos del Siglo XXI, se narra como un típico ascenso de una chica que tenía un talento innato para la música y el entrenamiento.
Después, la evolución de la historia tiene matices infinitamente complejos sobre las ambiguas realidades de la fama, los comportamientos autodestructivos de Winehouse y el rol de nosotros, como espectadores y consumidores, hacia los artistas y las exigencias que proclamamos como si fuesen nuestra propiedad. Sin juicios de valor, Kapadia comprende los altos y bajos de Amy como aspectos que no la definían como ser humano y va hasta la raíz de su persona para presentarla al público en una pureza desgarradora. Ver el rostro de incredulidad y emoción de Amy al recibir su primer Grammy destroza el alma y nos permite recordarla como algo más que una gran cantante, un gran ser humano, una persona que buscaba amor con desesperación, alguien que quería ser tratada como una “persona normal” y que fue abandonada por sus supuestos seres queridos cuando más los necesitaba. En resumen, Amy es una historia que le hace justicia a la reina del soul británica, y un documental extraordinario sobre lo hórrida que puede ser la fama y la crueldad del mundo del entretenimiento.
4. American Dream (Dir. Barbara Kopple)
Ganador 1990
Durante 1985 y 1986, un grupo de trabajadores empacadores de carne sindicalizados en Hormel Foods en Austin, Minnesota, entraron en un paro laboral. La empresa había reducido el salario por hora de $10.69 dólares a $ 8.25 y recortado los beneficios en un 30% a pesar de tener incremento en ganancias. Este extraordinario documental de Barbara Kopple sigue al grupo de trabajadores y exploran la lucha por justicia, además de exponer cómo el paro laboral del grupo de Minnesota inspiró muchos otros en todo el país estadounidense.
La ironía de su título golpea rápidamente. Kopple es una reconocida documentalista dedicada a hacer crítica social y acá señala sin titubear al gobierno de Ronald Reagan y las consecuencias de sus decisiones administrativas en la clase trabajadora del país. Su estilo es inmersivo y observador, con ausencia de cabezas parlantes y limitándose a que sus imágenes hablen por sí solas. Es indispensable que la clase media y baja conozcan sus derechos y la rebelión contra el poder se hace una necesidad cuando son tratados como reemplazables. Esa honestidad se mantiene de principio a fin, resultando en una estridente declaración política que tiene espacio para todo tipo de momentos, desde los indignantes hasta los conmovedores. American Dream es un recorrido ferviente por la emancipación de los trabajadores, un ejercicio sobre el valor de la anarquía en la sociedad como herramienta de liberación humana y lucha por derechos básicos.
3. Common Threads: Stories from the Quilt (Dirs. Rob Epstein y Jeffrey Friedman)
Ganador 1989.
Common Threads: Stories from the Quilt es uno de los manifiestos de dignidad más poderosos que se hayan realizados sobre la epidemia del VIH/SIDA de los años 80. Una carta de amor al activismo social y a la comunidad LGBTQ que ha vivido y continúa viviendo una lucha diaria contra la opresión de su más pura existencia.
El documental toma como base la creación del NAMES Project AIDS Memorial Quilt, un enorme edredón de mosaicos creado para homenajear y conmemorar las vidas afectadas por la enfermedad. Ubicado en el Parque del presidente en Washington, el edredón de kilómetros de largo es una hermosa y simbólica estructura, que tiene tantas capas y costuras como el documental, que va hasta las más profundas emociones mientras entrevista a sobrevivientes, activistas de la comunidad en la época, fundadores de asociaciones e incluso varios hombres homosexuales batallando con la enfermedad que murieron antes de que terminara el documental. Este está dedicado a ellos y expone la indignación ante la administración de Ronald Reagan y su nula atención al tema sanitario más importante de la década por sus repulsivas posturas homofóbicas. Es una joya que conmueve de manera profunda y genuina
2. Harlan County, USA (Dir. Barbara Kopple)
Ganador 1976.
Años antes de hacer historia y convertirse en la primera mujer galardonada con dos premios Óscar en la categoría documental gracias a American Dream, el primer triunfo de Barbara Kopple, Harlan County, USA, se convirtió en uno de los documentales más aclamados en la historia de Estados Unidos. Como una maestra de la denuncia social, Kopple presenta la Huelga de Brookside de 1973 en la que 180 mineros del carbón y sus esposas protestaron contra la planta de preparación minera Eastover Coal Company. Exigían condiciones de trabajo más seguras, prácticas laborales justas y salarios decentes. Algunos habían enfermado gravemente de neumoconiosis por las terribles condiciones y falta de medidas de protección adecuadas.
No recuerdo una película, documental o de ficción, que capture la esencia e importancia de la rebelión social y la protesta tan perfectamente como ésta. Cuando se menciona que las exigencias de los grupos más oprimidos de la sociedad no son caprichos ni señales de “resentimiento”, el documental trasciende tiempos y se hace vigente en muchos niveles. Kopple presenta una pieza histórica atemporal mostrando de manera tridimensional la vida de los mineros: activistas, ciudadanos y seres humanos. La fuerza y energía de lucha que siembra en el espectador es imborrable.
1. O.J.: Made in America (Dir. Ezra Edelman)
Ganador 2016.
Por un tiempo consideré, de manera ignorante, que la victoria de O.J.: Made in America fue injusta, por estar presentada en un formato de miniserie de cinco partes, durando casi ocho horas en conjunto. Las normas de la Academia cambiaron después de esta victoria, y hoy, esto no ocurriría. Mi opinión cambió una vez vista una de las historias más explosivas, fascinantes, complejas y trágicas que se hayan puesto en pantalla, sea pequeña o grande. No hay manera de hablar de la historia de Estados Unidos y su radical división racial sin mencionar a O. J. Simpson y lo que su juicio significó a nivel político, social y cultural. Es un impacto más grande que el que cualquiera de nosotros puede imaginar, cuyas repercusiones siguen sintiéndose hoy en la sociedad estadounidense.
Lejos de crear un relato trivial del caso, el director Ezra Edelman consigue una obra de emociones complicadas, mientras estudia el ascenso de la figura de Simpson, símbolo de prosperidad entre los afroamericanos orgullosos de su éxito, hasta el juicio por el asesinato de su exesposa Nicole Brown y el novio de esta, Ronald Lyle Goldman. Con este suceso el país se dividió. Muchos pensaban que O.J. estaba siendo injustamente condenado por ser un hombre Negro víctima del racismo sistemático de las autoridades del país. Múltiples entrevistas a jurados del caso, familiares de Nicole, amigos de Simpson y abogados de ambos bandos del juicio, nos llevan a conocer con exactitud meticulosa cada uno de emocionantes e inquietantes pasos.
Las revelaciones impactan, se conozca o no el resultado del caso. Acontecimientos recientes demostraron lo repulsivos y conflictivos que pueden ser los juicios mediáticos: las divisiones sociales que causan y cómo terminan perjudicando a inocentes. Seguimos viendo noticias sobre brutalidad policiaca en Estados Unidos contra personas Negras. Afrontamos un punto crítico de bandos en conflicto que pelean por tener la razón y no observan los hechos que tienen para tomar decisiones lógicas alejadas de cualquier juicio de valor. Todo eso se condensa con una perfección tal que convierte la historia individual de Simpson en la de todo un país y la del conflictivo mundo en el que vivimos. O.J.: Made in America es un potente e incómodo trabajo que expone las peores caras de todos y cada uno de nosotros.

Psicólogo desde 2018, cinéfilo de toda la vida. Se graduó en 2018 en Maracaibo, Venezuela. Tiene 24 años. Apasionado por el cine independiente y los documentales. Entre sus cineastas favoritos se encuentran Richard Linklater, Ken Loach, Kelly Reichardt, Michael Haneke y Céline Sciamma, los cuáles aprecia por su sinceridad y humanismo al entender a las personas con sus complejidades.
La película Boyhood (2014) le hizo darse cuenta de la capacidad de belleza que tiene el cine, aunque su fascinación por escribir y leer historias que le transporten a otros lugares viene desde su infancia. Le gustaría conocer cine de todas partes del mundo y especializarse en psicología clínica infantil, y quizá, algún día, escribir un guion inspirándose en sus ídolos del séptimo arte.