Animales fantásticos y cómo encontrarlos: la regresión de la magia

En 2016, J. K. Rowling, autora de la saga de Harry Potter, se lanzó como guionista con Animales fantásticos y cómo encontrarlos. Después del éxito de las adaptaciones de sus libros al cine, existían grandes expectativas respecto al regreso al Mundo Mágico, no por parte del demográfico infantil y adolescente general, sino de aquellos adultos que crecieron junto a Harry, Ron y Hermione, los protagonistas de la historia original.
La expansión del mundo de la magia
En esta primera entrega de cinco, la autora continuó con la exploración de la mitología del universo que creó, así como los problemas políticos inherentes a este. En Harry Potter se mostró una sociedad de magos y brujas que existían en secreto y que, en siglos previos, debieron esconderse para evitar ser perseguidos por aquellas personas sin poderes (muggles, en Reino Unido; no-maj, en Estados Unidos). Tiempo después, en las comunidades de magos surgió la idea de que la sangre mágica debía preservarse y que cualquier contacto con los muggles debía ser prohibido.
Cuando Animales fantásticos empieza en el periodo de entreguerras del siglo XX, un mago llamado Gellert Grindelwald (Johnny Depp) empezó a amasar seguidores, particularmente fanáticos “sangre pura”, y a propagar la idea de la supremacía mágica. Según él, los magos y las brujas no tenían que vivir en las sombras, pues estaban destinados a ser dueños de un mundo que les pertenecía por el derecho de sus talentos.
Los cimientos ideológicos de este conflicto, ya estudiado en otras novelas y cintas, representan varias posibilidades dramáticas. No obstante, en Animales fantásticos, Rowling prefiere enfocarse en personajes nuevos destinados a reaccionar a un contexto político lleno de tensión. Aquí entra Newt Scamander (Eddie Redmayne), un académico especializado en animales mágicos que viaja a Nueva York cuando el gobierno mágico americano se encuentra en alerta máxima por la amenaza de Grindelwald.

La trama muestra un campo social intrigante. Newt, un ser apolítico, tiene que enfrentarse con no-majs extremistas que buscan aniquilar cualquier muestra de magia y con un Estado autoritario que responde a cualquier amenaza con una cultura de castigos. Sin embargo, la película disminuye toda urgencia por parte de este ambiente político y se enfoca en seguir a Scamander mientras intenta recuperar algunos animales que deja sueltos en la ciudad por accidente.
En las novelas de Harry Potter, Rowling creaba misterios para que sus personajes resolvieran, además de revelaciones de villanos que nadie imaginaba como responsables de sus crímenes. Tal cosa sucede en esta película, aunque sin los mismos resultados, pues se separa a Newt y sus aliados de un misterio intrigante que prácticamente se resuelve sin su intervención. Esto resulta en que, prácticamente, toda la película esté provista de impulso y se caracterice por un ritmo que no es meditado, sino aburrido ya que las cosas más interesantes suceden fuera del punto de vista de su protagonista.
Los “obscurial” y la posición de J.K. Rowling
Mientras Newt busca a sus animales, una sombra destructiva está asesinando a magos y no magos. Esta sombra es conocida como un obscurial, una criatura que surge a partir de la magia reprimida de los niños. Si estos no se aceptan a sí mismos con amor y son sometidos a discriminación por parte de otros, una fuerza extraordinaria y devastadora podría generarse en ellos y acabar con sus vidas. Esto captura el interés de Percival Graves (Colin Farrell), un funcionario del gobierno mágico en Estados Unidos que manipula emocionalmente a Credence (Ezra Miller), un muchacho no-maj que parece conocer la identidad del obscurial que está desolando Nueva York.
Esta carga temática presente en Animales fantásticos es particularmente interesante, pues choca con la controversia reciente alrededor de la autora. Posterior al estreno de la película, Rowling fue señalada como homofóbica y feminista trans-exclusionaria (TERF) desde que reaccionó a un post donde se refería a las mujeres trans como “hombres vestidos de mujer” y apoyó a una mujer que afirmó públicamente que “ningún hombre podría convertirse en mujer”. Aunque Rowling intentó argumentar acerca de su inseguridad respecto al aumento extraordinario de casos de transiciones en su país sin seguimiento médico y psicológico estrictos, y la pérdida de espacios considerados previamente como seguros para las mujeres, las redes sociales alinearon su comportamiento con las instituciones y villanos creados en su ficción, famosos por promover la segregación social pese al daño psicológico en aquellos que más lo necesitaban.

En Animales fantásticos, tanto los muggles como las criaturas fantásticas son excluidas y violentadas por un discurso que parece dirigir la atención del público hacia asuntos banales, mientras un poder autoritario, racista y mercenario empieza a tomarse las instituciones. Newt es testigo de cómo muchas especies son catalogadas como peligrosas por el Ministerio de Magia americano, mientras el miedo corroe el corazón de un público cada vez más propenso a aceptar las ideas de Grindelwald. Los animales vienen siendo un chivo expiatorio y los responsables de arriesgar la posición de anonimato del mundo de la magia, más no aquellos politiqueros que dañan su sociedad con prohibiciones vanas.
Lamentablemente, esta trama se refleja negativamente en Rowling, cuya posición coloca en riesgo a personas ya vulnerables por su condición de género y posición social. Incluso después de afirmar que no tenía intención en señalar a las mujeres trans, escribió un libro en el que un hombre vestido de mujer era el responsable de feminicidios.
Newt Scamander y sus amigos
El héroe interpretado por Eddie Redmayne es un protagonista masculino particular. Su ambición no yace en buscar el poder, sino en proteger a los animales más vulnerables del mundo de la magia, aún si esto limita su empatía por los seres humanos. Con la trama de Animales fantásticos y dónde encontrarlos cayendo en redundancias que reducen su capacidad de ser entretenida, Newt es empujado a encontrar amigos en personas únicas con las que comparte una condición de soledad. Se podría decir que Newt y sus amigos son los verdaderos animales fantásticos de esta historia.
Este hombre cae preso por la empatía de Tina Goldstein (Katherine Waterston), funcionaria del ministerio que fue expulsada de sus funciones de auror por defender a Credence del abuso de su madre; se vuelve amiguísimo de Jacob Kowalski (Dan Fogler), un obrero no—maj que sueña con liberarse de la monotonía de la industria y convertirse en un panadero, y quien queda flechado por Queenie (Alison Tudol), la hermana de Tina. Este personaje causa curiosidad, pues teniendo la descripción de ser alguien “bueno” en la historia, abusa de sus poderes. Capaz de leer las mentes y con una personalidad tierna, Queenie escucha los pensamientos de sus amigos aun cuando ellos le piden que no lo haga (algo que tendrá impacto en la siguiente película…).

Aunque el reparto de Animales fantásticos tiene una presencia bonita, su impacto en la película resulta minúsculo. No cuentan con una motivación que corresponda a una historia que finalmente olvida su existencia. Después de despachar la búsqueda por los animales de Newt, la película revela sus intenciones patéticas de ser solo el capítulo introductor a una franquicia al desmeritarse a sí misma y revelar que todo el asunto fue responsabilidad exclusiva de Gellert Grindelwald. Newt apenas se entera de la existencia de Credence al final de la película, empatiza con él e intenta rescatarlo de años de abuso y la influencia de Grindelwald en solo 15 minutos.
Así es como Animales fantásticos y dónde encontrarlos tiene dificultades para equilibrar el nuevo mundo que está construyendo y los personajes que interactúan con el mismo. Aunque los humanos estén bien caracterizados, la trama del filme los mantiene ocupados, mientras pasan de evento importante al siguiente. El clímax abrupto cierra incompletamente el desarrollo de los personajes con la promesa de que estos aspectos serán tratados en las cuatro películas siguientes.
Esta película demuestra el hecho de que un primer capítulo está obligado a presentar con claridad la personalidad y el motor de cada personaje, así vaya a ser desarrollado en las siguientes entregas. Tal es el vacío que compromete la saga de Animales fantásticos, así como las palabras controversiales de su autora que colocan su texto en cuestionamiento. De este modo, esta fase de la franquicia de Harry Potter entra en una desventaja que ninguna de sus predecesoras tuvo que enfrentar.

Carlos es un médico y profesor colombiano. Descubrió su amor por el cine a los 7 años, cuando su papá le consiguió un reproductor VHS y varias cintas. Luego de ver Star Wars – Episodio III se enamoró para siempre de las salas de cine. Más adelante, se obsesionó con coleccionar películas en DVD y Blu-ray. Durante el curso de su carrera de medicina, sus amigos le convencieron de escribir sobre las cintas en su colección y henos aquí…