Palomita de maíz

– Sitio independiente de cine y TV.

10 películas imperdibles de directoras latinoamericanas

Escrito el 8 marzo, 2022 @cinematictalk

En este 8 de marzo, día internacional de la mujer, el equipo de Palomita de maíz no quiso estar ausente. Por eso, presentamos una lista de 10 filmes dirigidos por directoras latinoamericanas que son urgentes, memorables e imperdibles.

 

Canción sin nombre (Melina León, 2021)

En medio de la crisis social y económica de finales de los años 80 en Perú, la joven madre Georgina Condori (Pamela Mendoza) busca la verdad sobre la desaparición de su hija recién nacida. Con la ayuda de un periodista, descubre que su caso no es un incidente aislado.

El debut cinematográfico de Melina León desarrolla una historia desgarradora en la que vemos a una mujer sola ante el dolor de perder a su hija y saberse desamparada e indefensa ante las instituciones que deberían protegerla. León construye un relato desolador y emocionalmente poderoso, siguiendo la mirada de Georgina en su búsqueda por la verdad, y une delicadamente esta historia tan íntima a la lucha periodística por la integridad de los hechos y la veracidad frente al abuso de poder. – Lourdes Yactayo

 

El agente topo (Maite Alberdi, 2020)

“Llegamos solos a este mundo, pero eso no significa que tenemos que irnos solos, abandonados por la gente a quienes le dimos todo”, es como nuestro colega Charlie Ruiz define esta película y tiene toda la razón, porque el aclamado documental de Maite Alberdi muestra esto, una historia simple, pero reconocible.

Rómulo, dueño de una agencia de detectives, busca a un hombre de entre 80 y 90 años para realizar una investigación. El ganador de este “casting” es Sergio, un viudo que se transforma en “el agente topo” de un asilo. El inicio es bastante cómico y funciona bien; sin embargo, pronto el documental muestra la cruda realidad sobre el abandono en que tenemos a las personas de la tercera edad, como sociedad.

El agente topo es una reflexión tierna y profunda. Alberdi a veces logra que el público piense que está viendo una ficción, y no un documental. – Julia Andrade

 

La teta asustada (Claudia Llosa, 2009)

Fausta (Magaly Solier) es una joven que carga consigo las marcas de un pasado de violencia que se configuran en una enfermedad transmitida por la leche materna, y que, tras la muerte de su madre, debe enfrentarse a un futuro incierto y desafiante.

Claudia Llosa aborda un tema conocido para el cine peruano –la violencia en el conflicto armado y sus consecuencias– desde el lado particular del trauma que esta violencia deja en las mujeres y como estas tienen que vivir con el dolor, el rechazo y la revictimización de su comunidad, criando hijos que llevarían ese peso con ellos también. Es por la sensibilidad cinematográfica envidiable de esta cineasta y un sentido casi musical del espacio que podemos conocer el dolor que carga Fausta conforme camina hacia su autoconocimiento. – Lourdes Yactayo

 

Matar a Jesús (Laura Mora, 2017)

¿Es posible resistirse a la violencia en un país socialmente descompuesto? La directora Laura Mora busca respuesta a dicha pregunta en Matar a Jesús. Este thriller dramático narra la historia de Paula (Natasha Jaramillo), quien un día cualquiera pierde a su padre, un abogado y profesor universitario, disparado en plena calle por un sicario que se da a la fuga. En adelante, la joven se enfrenta al proceso de duelo hasta que un día reconoce al asesino de su padre en una discoteca. Ante la incompetencia de las autoridades locales en el esclarecimiento del caso, Paula busca venganza, lo que la lleva a una extraña relación con el asesino (Giovanny Rodríguez).

Mora consigue un retrato a la vez punzante y seductor de Medellín, siguiendo una larga tradición cultural que ha buscado conversar con esa ciudad oscura y violenta, en la que la marginalidad se expresa principalmente a través de jóvenes de barrios pobres que encuentran en el sicariato un sustento económico. Sin embargo, la cineasta no persigue la fascinación por el asesino, como tampoco una invitación al perdón. Más bien, construye una reflexión sobre las consecuencias del odio y la venganza en un país donde víctimas y victimarios van de rumba a los mismos lugares. – Kenny Díaz

 

Oriana (Fina Torres, 1985)

María (Daniela Silverio) es la heredera de una plantación de cacao en el Caribe venezolano, propiedad de su tía Oriana, quien falleció recientemente. María vive en Francia y debe regresar a la vieja hacienda en su país para organizar la propiedad y ponerla en venta. Al llegar a la plantación se encuentra con un lugar abandonado y en horribles condiciones, totalmente diferente a la hacienda que visitó durante su niñez.

A medida que María recorre la casa, encuentra objetos con un significado particular para su tía y que, a su vez, son el pretexto que conduce a la historia por una estructura narrativa circular que evoca recuerdos de su juventud a principios del siglo XX, transportando al espectador a descubrir misterios y conflictos familiares.

Especialmente, el filme explora la manera en que mujeres de diferentes posiciones sociales (españolas, blancas criollas y descendientes de esclavizados) sobrevivían a las normas patriarcales con la esperanza que sus hijas sufrieran menos. Oriana es el redescubrimiento de la propia historia familiar y la consideración de la identidad femenina como forma de narración. – Andhrea Irene

 

Pelo malo (Mariana Rondón, 2014)

En Pelo malo, Mariana Rondón crea un imponente y valioso relato de una infancia problemática y marginal en la que los niños deben valerse por sí mismos ante la negligencia paterna. “Pelo malo” es una expresión usada, básicamente, para referirse a cualquier tipo de cabello que no sea de tipo alisado, en especial, para el cabello rizado con textura afro.

Junior (Samuel Lange Zambrano) tiene nueve años y vive en una zona pobre de Caracas, Venezuela, junto a su madre viuda y su hermano menor. Y aunque la película se podría hacer pasar como una crítica a los estándares de belleza, mientras vemos a Junior intentar por todos los medios, uno más ridículo que otro, alisar su cabello, Pelo malo va más allá al diseccionar tópicos como la masculinidad tóxica, la homofobia, los prejuicios sociales, y en especial, el retrato de una infancia vulnerada y robada. Rondón no es una directora conformista, y su monumental trabajo nos restriega en la cara lo mucho que tenemos que cambiar. – Cesar Guedez

 

Perfume de violetas (Maryse Sustach, 2001)

Dirigida con valentía y audacia por Maryse Sistach, antropóloga social que ha dedicado su filmografía a examinar la violencia sexual contra las adolescentes en México, Perfume de violetas narra la historia de Yessica (Ximena Ayala) y Miriam (Nancy Gutiérrez), estudiantes de secundaria que inician una amistad singular a pesar de pertenecer a mundos diferentes. La violación que sufre una de ellas y la incomprensión de los adultos las orillan a la tragedia.

Es Yessica, sin embargo, quien recorre en su mundo marginal el deterioro de las relaciones afectivas y la destrucción del orden familiar, habitando la incertidumbre del mundo callejero y reinventando su identidad a través de perfumes (y otras cosas que roba a su amiga) que se presentan como oportunidad y esperanza, pero que no la salvan de la tragedia.

Basada en casos reales de notas periodísticas, la estremecedora Perfume de violetas confrontó a una sociedad que, en plena llegada del nuevo siglo, seguía aferrada a unos valores patriarcales profundamente injustos hacia la mujer. Hoy, con el recrudecimiento de la violencia feminicida, esta película cobra importancia especial. – Kenny Díaz

 

Que horas ela volta? (Anna Muyleart, 2015)

Val (Regina Casé) se mudó de su natal Pernambuco a Sao Paulo para trabajar en la casa de una familia de clase alta. 13 años después, su hija Jessica (Camila Mardilá), a quién no crio por estar trabajando aquí, le pide asilo para presentar el examen de admisión para la universidad. La presencia de Jessica hará que la dinámica a la que Val está acostumbrada se ponga a prueba, pues la adolescente cuestionará muchas de las actitudes que los empleadores tienen con su madre.

Anna Muyleart ofrece una mirada crítica sobre las juventudes brasileñas que no se imponen ante las tradiciones de las clases sociales, así como un retrato sobre cómo estas han cambiado la dinámica de la vida social brasileña para establecer un futuro prometedor. El punto que la hace aún más interesante es la mirada desde varios puntos y lecturas sobre la maternidad y los afectos. – Israel Acosta

 

Rara (2016, Pepa San Martín)

La ópera prima de la chilena Pepa San Martín es narrada desde la perspectiva de Sara (Julia Lubbert), una preadolescente que debe lidiar con el divorcio de sus padres y la nueva relación de su mamá con otra mujer. Mientras se adapta a su nueva dinámica familiar, su padre busca tener la custodia de ella y su hermana con motivaciones que son más de revanchismo y homofobia que preocupación real por sus hijas.

A pesar de una mirada cómica frente a ciertas situaciones, los mejores momentos del filme suceden a través de la mirada de Sara al crecimiento de forma natural. – Julia Andrade

 

Sin señas particulares (2020, Fernanda Valadez)

La cruda historia de Magdalena (Mercedes Hernández) se toma su tiempo en arrancar, pero cuando lo hace es imposible quitar los ojos de la pantalla. La historia de Sin señas particulares es dura, pues presenta a una mujer que va a buscar a su hijo, después de que éste se fuera a Estados Unidos hace meses y que ahora se encuentra desaparecido. Para aumentar su angustia, el amigo con el que se fue aparece muerto.

Con una sutileza cuyo mérito recae por completo en la cineasta Fernanda Valadez, la cinta muestra la violencia que se vive en el México de hoy, transformando el relato en algo envolvente. Una fotografía hermosa resalta en una producción cuidada que ya desearían los grandes filmes de Hollywood. – Julia Andrade

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Palomita de maíz participa en el Programa de Afiliados de Amazon, diseñado para que el sitio gane comisiones a través de enlaces con Amazon. Esto significa que cuando compren alguna película, serie de televisión o libro en Amazon a través de los enlaces establecidos en el sitio, Palomita recibirá un porcentaje del precio ese producto.